En el antiguo Egipto, como en la actualidad, la sed de poder está a la orden del día, pero allí los límites entre los mundos de los vivos, los muertos y los dioses se difuminan, permitiendo que estos últimos intervengan en los mundanos asuntos humanos. En las tres aventuras que componen este tomo veremos desarrollarse las intrigas de varios oscuros personajes a los que se opondrá Papyrus con todas sus fuerzas y todos los medios a su alcance, contando también con la ayuda de Imhotep, el gran arquitecto, e incluso del mismo Ramsés para que la empresa llegue a buen fin. También visitaremos nuevos lugares: el recién terminado templo de Abu-Simbel, centro de un peligroso complot; y la ciudad-decorado de Saqaara, última morada del faraón Zoser. El dibujo de De Gieter, bien documentado, se vuelve preciso y fiel a la hora de plasmar esta milenaria arquitectura en todo su esplendor.

Mucho cuidado con los días epagómenos! Papyrus y Teti-Sheri lo saben bien. Más aún tras la peligrosa aventura vivida durante esos nefastos días, aunque, por supuesto, tenga final feliz para todos. Sobre todo para Puan, o eso cree él, porque su felicidad acabará desencadenando una de las aventuras más azarosas, en la que Papyrus, en busca de Teti, llegará a Troya tras la más famosa de sus caídas y contribuirá a poner una primera piedra para su nueva reconstrucción antes de partir de vuelta a Egipto. Por descontado, el viaje de regreso no estará exento de peligros y, al llegar a Tiro, principal proveedor de púrpura y cedro para Egipto, Teti y Papyrus se encontrarán en mitad de un complot para hacerse con el poder. Y Puan, que también se encuentra allí, no será precisamente de gran ayuda.